Los pétalos de todas aquellas viejas rosas rojas están esparcidos por el suelo
Mientras el nuevo embarque de primavera cae en espirales hacia el blanco cielo
Y aún después de tanto tiempo, yo tengo amarrado un hilo rojo aquí en mi dedo
Y de este modo recuerdo lo que debo: que olvidarte no puedo.
Las nubes corren veloces, aunque lentas yo las veo, porque en mi mente ya no existe el tiempo
Y aún sosteniendo entre mis brazos, apretando contra mi pecho este viejo libro que tanto aprecio
Me susurro en mis propios oídos, dejando correr el viento, que olvidarte es lo que debo
Porque no puedo vivir el resto de mis días esperando tu regreso, y mirando al cielo.
La melodía que una vez me dedicaste se pierde en mis propios susurros
Sentada otra noche más en el frío invierno, fundiéndome con el ambiente oscuro
Con un dolor de cabeza punzante y un vacío en el corazón demasiado profundo
Me pregunto porqué tu corazón ya no es como me dijiste antes "solo tuyo".
En mi memoria aun resuenan tus palabras, aquel discurso de despedida precipitada
"Solo seamos amigos" me dijiste casi a gritos, mientras te marchabas
Y yo que esperaba que solo fingieras y atrapada entre tus brazos, volvieras a repetir que me amabas
Pero llevo aquí mirando al cielo una eternidad, esperando por tu regreso y sigo acorralada.
Víctima de tus recuerdos, esclava de mi dependencia, prisionera de las mentiras
Incapaz de seguir adelante y continuar con este fallido intento de vida
Me pierdo entre todos estos pétalos de rosas rojas que caen a la deriva
Mientras sigo con mi hilo amarrado al meñique, esperando que el otro extremo se encuentre en tu dedo...
Claro, por si me olvidas.
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