The Gringotts

Entra, desconocido, pero ten cuidado

con lo que le espera al pecado de la codicia,

porque aquellos que cogen, pero no se lo han ganado,

deberán pagar en cambio mucho más,

así que si buscas por debajo de nuestro suelo

un tesoro que nunca fue tuyo,

ladrón, te hemos advertido, ten cuidado

de encontrar aquí algo más que un tesoro...


22 de mayo de 2011

Syaoran Card Captor: Capítulo 9

Capítulo 9
Syaoran y el broche misterioso

-¡Buenos días! –saludó Tomoyo a Syaoran, con una voz potente y una sonrisa radiante, mientras su mejor amigo subía las escaleras para llegar a su salón, y Tomoyo lo alcanzaba subiendo a toda velocidad. Era una mañana más de escuela, con la única diferencia que…-. Te ves muy triste, Syaoran-kun –le dijo su amiga, esta vez usando un tono de voz más moderado.
            -Buenos días –respondió el, tratando de no hacer caso a lo que su mejor amiga acaba de decir, y mirando al frente para evitar hacer contacto visual.
            -¿Sigues preocupado por lo de anoche, no es así?
            La mente de Syaoran empezó a recordar lo que había pasado la noche anterior, cuando habían ido a capturar la Carta Trueno, y la nueva estudiante, Sakura, había demostrado saber muchísimas más cosas que él, con respecto a las Cartas Clow. No se lo había comentado ni a Tomoyo, y mucho menos a Kero, pero... el saberse ignorante de algo, aunque fuera algo que estaba haciendo a la fuerza, a regañadientes y contra su voluntad, no le gustaba para nada el saberse un idiota con respecto a las Cartas Clow. Si Kerberus lo había escogido a él... ¿por qué no había simplemente recurrido Kero a pedir ayuda a la familia Li? Ellos eran los verdaderos herederos de las cartas, ¿qué tenía que ver él en todo ese embrollo?
            -Por si no te has dado cuenta –le dijo Tomoyo, haciéndolo reaccionar, haciendo que Syaoran diera un leve respingo-. Ayer capturaste la Carta del Trueno. Y esa no es la primera Carta Clow que has podido atrapar tu solito. Debes darte cuenta de que eres el único Card Captor del mundo, por lo que deberías de sentirte un poquito más orgulloso, ¿no lo crees?
            -Me imagino que las cosas van un poco por ahí –dijo Syaoran, aunque su mente no había sacado del todo esos pensamientos tan confusos y deprimentes-. Supongo que también tengo que tener en cuenta que si ella no hubiera estado ahí, me hubiera resultado mucho más difícil capturar esa Carta. Desgraciadamente debo de reconocer que en ciertas cosas, ella es mejor que yo…
            Habían llegado ahora al salón de clases, y mientras ellos dos entraban, Rika, una amiga de Tomoyo, se acercó a saludarlos. Tomoyo le respondió el gesto de manera amable, pero Syaoran pasó de largo, casi sin darse cuenta por donde caminaba, dado que seguía metido en sus pensamientos.
El hecho de que una mujer fuera mejor que él en lo más mínimo, le provocaba malestar. Pero que fuera mejor que él, en lo que se suponía que era más complicado que la vida normal de un simple estudiante de 4to de primaria, le revolvía el estómago y hacía que le doliera la cabeza. Era algo que no iba a aceptar tan fácilmente.
            -Supongo que a Syaoran-kun le ha pasado algo malo, ¿no es así? –preguntó Rika, mientras se acercaba a Tomoyo, y las dos miraban como él dejaba su mochila en su pupitre, y se sentaba a contemplar el vacío por la ventana.
            -Solo está pasando por un mal momento, se encontrará bien para la hora de receso –le sonrió Tomoyo, para tranquilizarla, y se alejó a poner su mochila en su pupitre ella también.
            En el momento en que Rika regresaba a su mesa, la puerta del salón se abrió, y de ahí, entro Sakura, vistiendo algo que, a juzgar por las miradas de todos sus compañeros, probablemente no debería.
            No se trataba del uniforme que había estado usando todo el día anterior, pero tampoco era el de la primaria Tomoeda, que era el que Tomoyo y las demás chicas usaban. Se trataba de un extraño saco de un tono amarillo-dorado, con los bordes color ocre, y detalles bordados en dorado brillante. Bajo el saco, llevaba una camiseta blanca, con una corbata verde, que tenía estampado un símbolo parecido al As de picas de las barajas. Y a su vez, llevaba una pequeña falda color azul marino.
            Sin decir nada a nadie, cruzó el salón caminando directamente hacía su pupitre (atrayendo las miradas de todos), y colocó su mochila ahí. En ese momento, Syaoran y Tomoyo la miraron, él con el entrecejo fruncido. Ella con una sonrisa radiante.
            -Buenos días –la saludó Tomoyo, algo ida, debido al uniforme que llevaba.
            -¿Sabes qué es extraño? –dijo Syaoran antes de que la nueva estudiante pudiera responder-. Hace dos noches tuve un sueño en el que salía ella –y apuntó a Sakura con la cabeza-, y el uniforme que llevaba ayer. Pero el ver que trae uno diferente, y que no es el de la escuela me pone a pensar…. En que es rara.
            -¡Buenos días! ¿Has soñado conmigo?–preguntó Sakura de manera un poco risueña, y dándose la vuelta para que la miraran de todos los ángulos-. ¿Les gusta mi uniforme?
            -Supongo que tengo que preguntar de que escuela es –respondió Tomoyo, conteniendo una risita-, aunque por algún extraño motivo, este y el que traías ayer, me resultan familiares.
            -Tomoyo-chan… Tú nunca has ido a China –le dijo Syaoran, girandose ahora sí, completamente para poder ver a las dos niñas-. No creo que conozcas escuelas de ahí, y mucho menos sus uniformes.
-Tú tampoco, Syaoran-kun, por lo que debería de ser más complicado explicar, como es que lo has soñado.
            -Oh, eso es porque los dos uniformes que me han visto usar, no son de escuelas reales –respondió Sakura con una sonrisa, mientras Tomoyo reía de nuevo, y Syaoran la miraba confundido.
            -¿A qué te refieres? –preguntó Syaoran. su expresión denotaba una gran confusión.
            -Se trata de un cosplay: c-o-s-p-l-a-y –dijo como si deletreara-. El uniforme que me vieron usar ayer es de…
            -¡Inuyasha! –gritó Tomoyo radiante, dando ligeros aplausos.
            -¿Es una nueva forma de decir “bingo”? –le preguntó Syaoran a su amiga, confundido.
            -¡No seas idiota! –le dijo ella, empujándolo a un lado, para acercarse a Sakura y verla más detenidamente-. ¿Quieres decir que eres otaku?
            -Solo de cosplay. La ropa es lo único atrayente para mi –respondió ella, volviendo a darse la vuelta para que la falda girara con ella-. El cosplay es una de mis grandes pasiones. No se me pasó por alto que ayer tú fueras un Cloud Strife –le dijo con una sonrisa a Syaoran, y acercándose para verlo mejor-. La espada parecía estorbarte, así que no me imagino cómo te las hubieras arreglado para llevar la moto.
            -Oh, de hecho la construí yo. Syaoran no tiene más alma de cosplayer-otaku que tu pupitre.  Es por eso que no creo que haya visto tu uniforme de ayer antes en toda su vida, sobre todo si consideramos que se trata de Inuyasha–se acercó Tomoyo aún más-. Pero estábamos hablando de la moto. Syaoran no podía llevarla, así que la tuvimos que esconder, era una lástima, después de tanto dinero y tiempo invertido –Tomoyo suspiró, pero se apuró a recuperar su tono normal-. Espera, si sabes tanto de anime, eso quiere decir que el uniforme de hoy también es cosplay, ¿no es así? –Sakura le respondió con una sonrisa, que significaba claramente que sí.
            -¿Conoces esta serie?
            -Sería un crimen no saber que eso que vistes es Code Geass –respondió Tomoyo rápidamente, y Sakura volvió a sonreír, con lo que Tomoyo se apuró a sacar su cámara de la mochila, y empezar a grabarla.
            Syaoran no sabía dónde esconderse. Al parecer, dos otakus frikis se habían reunido, y el estaba más que fuera de semejante conversación, llena de significados extraños para él. Cuando las dos chicas se hubieron calmado, la conversación volvió a fluir alrededor del sueño de Syaoran.
            -Así que si no eres otaku, y en tu vida has oído hablar de Inuyasha, pero has soñado con el uniforme de Kagome, quiere decir que tienes la habilidad de tener predicciones, ¿no es así?
            Syaoran estaba por responder, pero en ese momento llegó el profesor, con lo que todos se apuraron a sentarse, y la clase comenzó.

            El sueño estaba volviendo a repetirse.
            -¿Quién es? ¿Quién es? –se preguntaba Syaoran, mientras las Cartas Clow caían frente a él, Kero volaba cerca de ahí, y él se dejaba caer para brincar al techo más cercano
            -¿Syaoran-kun? –se escuchó la voz de Tomoyo.
            -¿Kinomoto? –ahora era una voz completamente diferente la que se escuchaba. Syaoran abrió los ojos de manera cansada. Aún se encontraba en clase, lo que significaba que se había quedado dormido en el salón. Ahora que enfocaba mejor las cosas, tenía la cara del profesor a dos palmos de distancia, con una expresión severa en el rostro-. Supongo que necesitas dormir mejor. Adelante, recojan sus cosas ya, la clase ha terminado por hoy.
            Los alumnos se apuraron a recoger sus cosas, y empezaron a salir todos del aula. Syaoran se encontraba limpiándose la cara del sueño, y trataba al mismo tiempo de recoger todo para meterlo a su mochila. En ese momento, Tomoyo se acercó a donde estaba su amigo, y aprovechando que seguía en un estado de somnolencia, le dijo:
            -Rika-chan me ha comentado sobre una tienda que se encuentra cerca de la escuela, y por lo que me ha dicho que venden ahí, me gustaría ir a dar una vuelta. ¿Vienes con nosotras? –le preguntó Tomoyo en un susurro algo apurado, pero no se espero a escuchar el “no” definitivo de Syaoran, por lo que lo tomó de la muñeca, y lo arrastró fuera del salón. Ahora, no podía negarse, ya que de alguna forma u otra, estaba siendo obligado a ir: si no quería sacar la bipolaridad de su amiga, el único remedio que le quedaba, era seguirla en silencio. Y la mera verdad era que, ni él mismo tenía ganas de responder. Parecía como si el sueño quisiera apoderarse de él nuevamente.

            -Es aquí –les dijo Rika, cuando se hubieron detenido frente a la hermosa tienda que le había dicho Tomoyo a Syaoran. Ahora el niño estaba completamente despierto, y el encontrarse en semejante situación no le hacía ninguna gracia. Las chicas entraron rápidamente a la tienda, mientras él pensaba en escaparse sin ser visto. Pero la rápida mano de Tomoyo lo había tomado por la muñeca, y jalado al interior del lugar. Por lo que ahora, Syaoran se encontraba tratando de pasar desapercibido, fingiendo que no veía nada, mientras seguía a  Tomoyo, quien se dedicaba a recorrer todo el lugar.
            -¿Se puede saber qué es lo que estabas buscando? –le dijo Syaoran, cuando se cansó de fingir que era parte de la decoración del papel tapiz-. Me gustaría que te dieras un poco de prisa, quiero irme ya.
            -En ese caso, tendrás que ayudarme a buscar lo que necesito conseguir. Se trata de broches para la ropa. Ocupo por lo menos unos cinco, más o menos de este largo –le indicó una medida con sus dedos pulgar e índice-, de color blanco, y unas cuantas flores del mismo color, y de este tamaño…
            -¿Y se puede saber para qué son? –dijo Syaoran, debatiéndose entre sí prefería volver a esconderse, o si eran más sus ganas por irse ya de ahí.
            -Te estoy confeccionando un nuevo cosplay. Es una serie que acabo de terminar de ver, y que me fascinaría verte puesto… ¡oh! Creo que los he encontrado –Tomoyo y Rika se habían acercado a una mesa en la que estaban colocados diferentes diseños de prendedores para la ropa.
            -Son muy lindos –le dijo Rika, quien tomó uno que simbolizaba un pequeño sable.

            -Kero, desgraciadamente hay presencia femenina en la casa, por lo que no podrás bajar –le dijo Syaoran a la mota amarilla, quien se encontraba demasiado ocupado jugando videojuegos como para prestarle atención.
            -Solo termino de vencer a Xenmas y te escucho, espera… -Kero parecía que se lo tragaba la pantalla. Syaoran, al ver cómo era ignorado, se acercó a la consola del PS2, y la apagó.
            -¡¿Qué te pasa?! –se escuchó el ruido de Kero-. ¡Era el villano final! ¡No me aventé todo el Kingdom Hearts 2 en sesiones maratónicas para que me apagaras la consola cuando estaba por terminar! ¡Y ya tenía la Última Weapon! ¡La Última Weapon! ¡¿Sabes qué es eso!?
            -La verdad no, y ni me interesa. Solo te quería decir que Tomoyo y una de sus amigas están aquí, se llama Rika o algo así... Bueno, como si me importara, solo no bajes.
            Y Syaoran salió de la habitación, dejando a Kero solo, llorando la pérdida de su juego perfecto.

            El pobre chico se sentía como si estuviera viendo a dos niñas de 5 años jugar a la comidita delante de él, y aunque no quisiera, sentía que se le revolvía el estómago al observarlas mirarse y sonreírse la una a la otra, mientras se ayudaban a servir el té en las tazas, y ponían un poco del pastel que el padre de Syaoran había guardado en el refrigerador la noche anterior.
            Mientras Syaoran se devoraba el pastel, Tomoyo observaba los broches que acababa de comprar, y se ponía a examinarlos por todos lados. A Syaoran no se le escapó que seguramente lo estaba imaginando a él con un cosplay más, y un escalofrío le recorrió toda la espalda. Mientras se servía un poco más de té, Rika se puso su broche en la parte delantera del uniforme, y de repente, se quedó callada, cosa que ni a Tomoyo ni a Syaoran les pasó desapercibido.
            -Oye, ¿se encuentra bien tu amiga? –le preguntó Syaoran a Tomoyo. Pero en ese momento, el broche que Rika llevaba en el pecho, se empezó a iluminar, y extrañamente, también a crecer. Ahora, lo que Rika sostenía en las manos, era una espada, con la que no perdió tiempo para tratar de herir a Tomoyo, a lo que Syaoran se dio prisa para quitarla de ahí.
            El blanco de Rika parecía ser Syaoran. La niña lo siguió a lo largo de toda la sala, y cuando Syaoran corrió hacia el pasillo, lo siguió aventando la espada contra él, la cual se terminó clavando en la pared, justo en el punto en donde hasta hacía unos segundos, se encontraba la mano de Syaoran, quien ahora corría a toda velocidad hacia la puerta principal, para salir de ahí.
            -¡Esto es la presencia de una Carta Clow! –se escuchó el ruido de Kero, quien bajaba la escalera volando a toda la velocidad que era capaz. Se detuvo frente a Tomoyo, quien se encontraba observando toda la situación, desde la puerta de la entrada-. ¡Espera un momento, también puedo oler pastel! ¡¿No irás a decirme que se lo comieron todo sin mí?!
            -Eso lo puedes dejar para después, ahora debes de ir con Syaoran.
            -¡¿Qué pasa contigo?! ¿Eres una especie de niña loca o algo así? –se escuchó la voz de Syaoran desde la calle. Kero se apuró a salir a ver qué pasaba, y se detuvo cuando vio a Rika, y la espada que sujetaba fuertemente.
            -¡Se trata de la Carta Espada! –le gritó Kero a Syaoran, quien acaba de caer al piso, para esquivar un golpe más que Rika había dado en su contra-. Al ser poseída por la Carta de la Espada, se ha convertido en una experta, por lo que no tendrá caso alguno si la llamas. Lo que debes de hacer ahora es detenerla; debes de quitarle la espada de la mano.
            Un movimiento más de Rika en contra de Syaoran, hizo que él tuviera que rodar por el asfalto de la calle. Ahora que se encontraba a una distancia más o menos prudente, Syaoran se apuró a sacar la llave que se encontraba dentro de su bolsillo, y a transformarla en su báculo mágico.
            -Llave que guardas los poderes de la oscuridad, muestra tu verdadera forma ante Syaoran, quien aceptó la misión contigo, ¡libérate! –la llave se había transformado en el báculo mágico, y ahora que tenía libertad de usar magia, tomó una de las Cartas Clow que llevaba en el bolsillo-. ¡Salto! –gritó para ponerse a cubierto, y quitarse de ahí, mientras le gritaba a Kero-. Por más que quiera quitarle la Espada, será algo difícil, tomando en cuenta que es una de las amigas de Tomoyo-chan, y se volvería loca si la lastimo. ¡¿Alguna vez Tomoyo-chan te ha pegado?! ¡No reaccionas en varios minutos!
            Pero Rika había vuelto a atacar a Syaoran, aprovechando que se encontraba distraído, estaba a punto de atestarle un golpe, cuando la espada de alguien más se puso en el camino: Sakura acababa de llegar.
            -Creo que va siendo hora de que alguien ponga un poco de orden aquí. Y por supuesto, esa persona soy yo.
            -¡No puedes lastimarla! –se escuchó el grito de Tomoyo-. Rika-chan es amiga mía, si le pasa algo no te lo perdonaré.
            Sakura se quedó de pie donde estaba. Lo que Tomoyo le había dicho parecía tener un poco de razón, pero interfería en lo que ella estaba planeando hacer. En ese momento, Syaoran la tomó de la muñeca, y usando la magia de la Carta Salto, se la llevó lejos de ahí, ya que Rika se había acercado nuevamente a ellos, y amenazaba con cortarlos en dos. Pero no se había apurado lo suficiente: la espada que Rika sostenía entre las manos había rozado la mano de Sakura, y le había ocasionado un ligero corte.
            -¡Auch! -dijo la niña, mientras ella y Syaoran se encontraban ahora a cubierto, apoyados en lo alto de una barda.
            -Espera aquí… -dijo Syaoran, y se apuró a regresar hacia donde Rika estaba.   
            -Espero y tenga preparado algo bueno –dijo Sakura, mientras se sujetaba la mano, y la sangre empezaba a surgir a través de la herida.
            -Yo también lo espero –respondió Kero -, aunque como se trata de Syaoran, igual podemos esperar una estupidez de su parte.
            Pero Syaoran se encontraba ya frente a Rika y su espada. Delante de él, en la mano que no sostenía el báculo mágico, Syaoran tenía una Carta Clow.
            -Carta Clow, ahora date prisa, y muéstrame los verdaderos sentimientos de esta persona, ¡Ilusión!
            Frente a Rika, se dibujó lo que era el contorno de una persona. Syaoran no hubiera podido decir quién era, ya que al no ser Rika, no podía ver nada más que no fuera el contorno de esa figura alta y delgada.
            -Hazlo ahora –le dijo Sakura, y Syaoran se apresuró a llegar por detrás de Rika, y darle un golpe en la mano, con lo que la espada se desprendió de sus dedos. Rika cayó al suelo, el reflejo de la Carta Ilusión de desvaneció al instante, y la espada se elevó, como si buscara escapar, o buscar una nueva víctima.
            -Regresa a la humilde forma que mereces, ¡Carta Clow! –dijo Syaoran, y mientras sostenía a Rika para que su cabeza no golpeara el pavimento, la Espada fue absorbida por el báculo mágico, y quedó sellada en su forma de Carta.
           -Supongo que has tenido suerte, al ser la Espada una de las Cartas más dóciles de toda la baraja –dijo Sakura al acercarse.
            -Desgraciadamente ella tiene razón –le dijo Kero, y el y Tomoyo se acercaron también.
            -¡Y te digo que eres una cosita linda! –Sakura había aprovechado, y ahora se encontraba abrazando a Kero con todas sus fuerzas. Pero en ese momento…
           -Se escuchan pasos; alguien se acerca –les dijo Tomoyo, con lo que Kero aprovechó para zafarse de los brazos de Sakura, y volar en dirección a la ventana del cuarto de Syaoran, para entrar y esconderse.
            -¡Buenas tardes! –se escuchó la voz de Yukito-. Vengo a regresarle a Touya-kun un disco que me ha prestado… ¿Qué ha pasado? –preguntó al ver a Syaoran, Tomoyo y Sakura, reunidos alrededor de la dormida Rika. En ese momento, la mirada de Yukito se posó en la mano de Sakura, que tenía la herida provocada por el ataque de la espada-. ¿Te encuentras bien? –le preguntó Yukito al tomar su mano entre las suyas.
            -Claro que sí, adorable princesa del bosque –le respondió Sakura. Retiró su mano, casi con dulzura, se puso de pie lo más rápido que fue capaz, y se echó a correr a toda velocidad, sin mirar atrás.
             Todos se quedaron perplejos mientras la veían alejarse.

            Al día siguiente, Rika se encontraba estudiando en la biblioteca de la escuela. Tomoyo había ido a ver como estaba, y a cerciorarse de que no recordara nada de lo ocurrido la tarde anterior, mientras que Syaoran la seguía en silencio.
            -Siento mucho haberme quedado dormida en tu casa, Syaoran-kun –le dijo Rika-. Aunque es extraño, ya que no puedo recordar nada de lo que pasó después de que me puse el broche.
            -Syaoran-kun siente mucho que se haya perdido tu broche –le dijo Tomoyo-, es por eso que me pidió que lo acompañara a comprarte uno nuevo.
            -Lo siento –le dijo él, aunque sabía que la verdad era completamente diferente: no había vuelto a poner un pie en esa tienda, y había sido Tomoyo la que había ido de nueva cuenta a buscar un nuevo broche.
            -Muchas gracias –le sonrió Rika, y guardó el broche con sumo cuidado en la mochila, mientras Syaoran miraba por la ventana, tratando de hacer oídos sordos, para no sonrojarse.

            -¿Así que ayer que fuiste a mi casa, esa niña estaba ahí? –le preguntó Touya a Yukito, mientras observaba la escuela de su hermano, desde lo alto de la rama de un árbol. Yukito se encontraba sentada bajo él, con un libro abierto sobre las piernas.
            -Tu manera de ahuyentar a todas las niñas que se acercan a tu hermano, me resulta un poco graciosa, pero predecible de entender.
            -Soy el único que tiene derecho a molestarlo, y de una forma u otra, ella se cree superior a él. Aunque sea una niña, no me da muy buena espina.
            -El complejo de cariño hacia tu hermano es algo que te da un toque encantador –le dijo Yukito mientras sonreía, y marcaba la página de su libro, para no perder el punto en el que iba en su lectura.
            -No tienes que decirme cosas tan embarazosas –se defendió el.
            -Y a todo esto, ¿no crees que Syaoran se está retrasando un poco? -y Yukito cerró su libro lentamente.
            -Dijo que tenía que entregarte algo, pero no me preguntes qué es, además ya sabes que él nunca ha tenido un buen sentido del tiem… ¿Qué es esto?
            De la manga de Touya se había pegado lo que parecía ser un pergamino viejo, el cual empezó a arder casi al instante en que entró en contacto con el uniforme de Touya. Cuando el joven pudo apagarlo, cosa que le tomo no más de dos segundos, miró hacia donde había venido el papel, y miró a Sakura, quien lo observaba desde el lado de la primaria, con una enorme sonrisa.

            -¿Se puede sabe porque hay tanta gente aquí? –preguntó Syaoran a la defensiva. Acaba de llegar a reunirse con Yukito, pero en el lugar también se encontraban su hermano y Sakura.
            -¡Hola, Syaoran-kun! –le sonrió Yukito a Syaoran, y se puso de pie.
            -Hola Yukito-chan –dijo mientras reaccionaba de la conmoción que le acababa de dar-. Solo quería agradecerte por habernos ayudado a meter a Rika ayer a la casa. Esto es para ti –y le extendió una bolsa rosa, que Yukito tomó alegremente.
            -¡Muchísimas gracias! –dijo Yukito con una enorme sonrisa-. Me encantan los chocolates –dijo cuando abrió la bolsa. Pero en ese momento, Sakura interrumpió el momento que Syaoran había logrado conseguir, poniéndose entre él y Yukito, y extendiéndole a ella una caja de chocolates… aún más grande-. ¿Me puedo quedar con ellos? –le preguntó Yukito a Sakura, quien respondió con una enorme sonrisa.
            -Muchísimas gracias por aceptarlos, hermosa princesa del bosque –dijo Sakura antes de partir, corriendo de vuelta a la escuela.
            -¿Syaoran-kun? –se escuchó la voz de Tomoyo, quien acababa de llegar al lugar. Aprovechando que Yukito le daba de probar a Touya los chocolates, se acercó y le dijo a Syaoran en el oído-. Quizá ayer no pude filmar tu heroica hazaña, pero te he grabado esta vez, mientras le entregabas su regalo a la linda Yukito-chan. Pero... Por algún extraño motivo, a Sakura-san también le simpatiza Yukito-chan.
            -¡¿Qué?! -gritó Syaoran, mientras Tomoyo sonreía al ver su efecto logrado.
-¿Será que es tu rival en la captura de las Cartas Clow, además de en el amor?
Syaoran se apuró a mirar el punto en que Sakura había desaparecido, al darle la vuelta al edificio para entrar a la escuela. Y después, torciéndose el cuello por la rapidez de su movimiento, miró a Yukito, quién metía chocolates, uno tras otro, en la boca de Touya.
Ya tenía suficiente con competir contra su hermano... ¿Ahora tendría que pelear contra esa rara niña también?


Este es el cosplay que Sakura usó en el capítulo anterior. No quería arruinar la sorpresa poniéndolo antes de que Tomoyo la "descubriera", así que es por eso que lo pongo apenas en este. =)